Los besos que te dan los chicos malos salen más caros cuando los regalan y huelen a fracaso. Pero el croupier me echaba cartas buenas, y el rubio platino era moreno, y el caso .. era un gran caso. (...) Puede que me estuviera enamorando porque, antes del café, cambié de bando, de hotel y de sombrero. Mi viejo puso un cuarto con dos camas, fingiendo que el caballero era un caballero y su hija una dama.
Hace 13 años
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