martes, 27 de enero de 2009


Harta de tanto whisky en vaso corto, de tanto trasnochar igual de harta, vuelvo a Albuquerque huyendo del infarto que me daría si no me comporto. Y, si de tanta paz me llego a hartar, la cosa es fácil: hago la maleta, vuelvo a Madrid, te llamo, entro en un bar ..

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